SOBRE LA NOVELA EL DÍA QUE SIGMUND FREUD ASESINO A MOISÉS
A fines de 1938, Sigmund Freud, exiliado con su familia en la capital inglesa, publicó en Ámsterdam su último y más polémico ensayo titulado “Moisés y la religión monoteísta”, en el cual planteaba el origen egipcio del máximo héroe del pueblo de Israel. El creador del psicoanálisis ponía aquí en juego todo su prestigio internacional reconociendo las objeciones que sus hermanos judíos y el mundo académico en general habrían de presentar ante una hipótesis tan audaz, especialmente en los difíciles momentos que transcurrían y que serían el prólogo a la tragedia del Holocausto. ¿Por qué el célebre Dr. Freud dio a la imprenta esa obra? ¿Acaso este libro era la prueba de su declinación, causada por la vejez y la enfermedad? ¿O había una razón diferente que se ocultaba en ese estudio y que expresaba sus verdaderos propósitos?
Siete décadas después, un periodista judeo-argentino se formula las mismas preguntas. Animado por una insólita “conspiración”, Marcos Opatoshu, cercano a sus cuarenta años, empleado en un mediocre periódico comunitario y rebelde a asumir compromisos y responsabilidades, descubre que una de las posibles respuestas al enigma planteado por el médico austríaco reside en una antigua tradición judía; pero, al mismo tiempo, habrá de enfrentarse con sus propios enigmas, que pondrán en entredicho la forma de vida que ha llevado hasta entonces.
Interesante estructura de novela policial. Una pesquisa humana e intelectual.
COMENTARIO DE STEPHEN A. SADOW
Profesor titular de Literatura Latinoamericana
Northeastern University
Boston, MA, EEUU.
Pablo A. Freinkel EL DIA QUE SIGMUND FREUD ASESINO A MOISES. Buenos Aires: Editorial Milá, 2009. 164 páginas.
Es un placer leer la primera novela de un novelista nuevo que capta y mantiene fuertemente el interés y la atención del lector. El día que Sigmund Freud asesinó a Moisés de Pablo A. Freinkel es ese tipo de novela. Yo no pude hacerla a un lado. La leí sin parar. Tiene de todo: un complot detectivesco de nivel intelectual, personajes reales y reconocibles, el ambiente claramente argentino donde se desarrolla personalmente el protagonista y una fascinación por las cuestiones difíciles y oscuras, pero importantes. Marcos Opatashu, el personaje principal, tiene un amorío apasionante con Sonia Rossi, mientras él explora las motivaciones de nada menos que Sigmund Freud. Esta novela reciente es más que un libro cautivante.
Freud/Moisés es, según mi manera de ver, un bildungsroman o novela de aprendizaje; y así, sigue una fórmula bien conocida en la literatura argentina. Estas son novelas en las cuales un hombre busca su propia identidad y su lugar en el mundo y poco a poco los encuentra. Leída de esa manera, la novela recuerda a Adán Buenosayes (1948) de Leopoldo Marechal y Mestizo (1988,1994) de Ricardo Feierstein. Más al punto, Marcos Opatoshu, tiene mucho en común con Fabio Cáceres, el protagonista de Don Segundo Sombra (1927), el bildungsroman argentino por antonomasia. Empujado por fuerzas externas, Marcos, como Fabio, tiene que dejar su hogar, en este caso su loft, para enfrentarse con el mundo y al mismo tiempo llegar a conocerse a sí mismo. A la manera de don Segundo Sombra, el tutor inescrutable de Fabio, el librero don Segismundo se hace el mentor de Marcos. Como si fuera un titiritero, don Segismundo lo manipula y le desafía a hacerse fuerte. En las dos novelas, la educación del protagonista viene en una serie de lecciones, requiere un gran esfuerzo de su parte; y al fin le lleva a una comprensión de sí mismo, una auto-confianza creciente y unos cambios profundos en su vida. Entonces, nuestro héroe puede aceptar las responsabilidades de un hombre maduro, casarse, subir profesionalmente y reconciliarse con su familia.
Sin embargo, en Freud/Moisés, Freinkel adapta la vieja fórmula novelística. Marcos Opatoshu no es un joven. En términos modernos, sufre una crisis de mid-life, la de un hombre que tiene casi cuarenta años, trabaja en un puesto que realmente no le satisface, sin esposa o familia propia, sin metas. A la vez, es muy inteligente, inquisitivo, muy bien leído, y un buen tipo. Difiere de los protagonistas de las novelas y cuentos judío-norteamericanos de Saul Bellow, Philip Roth y Woody Allen. Ésas figuras progresan a regañadientes a una auto-emulación sicológica, llena de resentimientos y enojos. En cambio, Marcos, hombre judío-argentino, a pesar de las dudas que tiene, trabaja duro y, con la ayuda de otros, consigue el éxito que busca.
Envuelto en sus investigaciones, Marcos también parece el estudiante de pos-grado que se obliga día y noche para terminar con su tesis doctoral. Tiene que defender su disertación frente a un panel de expertos en el tema. Luego, tesis en mano, terminada la crisis, puede comenzar su profesión deseada. En términos judíos, Marcos ha llegado a ser un mensch, un hombre maduro. Y ahora puede tomar su posición en la bimá, la sección elevada y prestigiosa de la sinagoga.
Pero lo que sumamente intriga de esta novela es que no trata de una crisis sino de dos. Una cabe adentro de la otra en el estilo de una muñeca rusa. Lo que le importa a Marcos Opatoshu intelectualmente no es su propia crisis, sino la de un hombre viejo en los momentos finales de su vida. Toda la búsqueda de Marcos gira en torno del libro Moisés y la religión monoteísta, el último ensayo de Sigmund Freud. Freud, el padre del psicoanálisis y uno de los judíos más influyentes del siglo veinte, es casi un santo entre los psicoterapeutas de la Argentina. Marcos está obsesionado con el hecho de que Freud, en 1938 con la Shoá ya en marcha, escribiera ese texto que contradijo la historia bíblica del nacimiento de Moisés. Freud arguyó que el niño, que más tarde se convirtió en el líder del Éxodo de Egipto, no fue judío sino egipcio Al hacerlo, parecía atacar las bases históricas y teológicas del judaísmo. Durante la novela, Marcos, un reportero, tiene la hutzpá, (hubris) (osadía) de psicoanalizar al difunto gran maestro del psicoanálisis. Trataba de entender por qué un médico que sabía que iba a morir de un cáncer de la mandíbula, publicaría tales ideas en aquel momento.
También, Freud/Moisés es una novela de familia que describe en detalle a una familia judío-latinoamericana. Lo judío impregna la novela. Asistimos a la cena familiar típica que cierra el Día del Perdón. Conocemos a la madre de Marcos y su deseo de que se case con una mujer judía. Los demás parientes, orgullosos de su judaísmo y que sienten que a la vez son argentinos. Marcos resuelve la relación tensa con todos ellos; con su mamá en particular. Ocurre un entendimiento final con Sarita, su tía agonizante. La prima Susana se casa con Moshé, un jasid. Sonia, la amante y luego la novia no judía de Marcos, la shikse, cuyo apellido Rossi, según el personaje Emmanuel Rosenbaum, sugiere una ascendencia judía-italiana, y que piensa seriamente en la conversión al judaísmo. Además, las investigaciones de Marcos le hacen comprender el judaísmo laico y nunca negado de Sigmund Freud, y su deseo de ayudar a sus correligionarios que ya estaban en las garras de los nazis.
El día que Sigmund Freud asesinó a Moisés incluye personajes tan bien desarrollados que parecen personas que el lector mismo ha conocido. La psicoanalista Perla es la doble de muchas que tienen sus consultorios en Buenos Aires. Y no es poco común el hombre medio abúlico, como Marcos cuando comienza la historia. Las descripciones detalladas de los ambientes que él frecuenta —su loft, los cafés bonaerenses, el departamento de su madre, junto a las de la casa de Sigmund Freud en Londres son auténticas y hasta fotográficas.
Como novela sufre de demasiadas coincidencias y es algo repetitiva. Parece que casi todos los personajes conocen en algún detalle la obra y vida de Sigmund Freud. Aún, uno de los personajes argentinos lo había entrevistado a Freud en Londres en 1938.
El día que Sigmund Freud asesinó a Moisés capta al lector desde la primera página y lo lleva sin aliento hasta el fin. La novela tiene suspenso y sabiduría. Siguiendo el dictamen pronunciado en el prólogo de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, en esta novela Pablo A. Freinkel educa mientras deleita al lector.
viernes, 7 de agosto de 2009
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